¿Qué son las Fianzas y para qué sirven?

Básicamente, la fianza se trata de un contrato accesorio que garantiza el cumplimiento de un contrato principal. Esta obligación puede ser de dar o hacer. En caso de que el deudor principal no cumpla con su obligación ante el acreedor, la afianzadora lo hará en su lugar.

Entre los tipos de fianzas que más solicitan los acreedores a sus deudores están las de tipo administrativo y judicial. Aquí algunos ejemplos prácticos de estas fianzas:

Cumplimiento de obra:

Se encuentra estipulado en la ley de obras públicas federal y estatal, que cualquier contrato otorgado a un constructor será respaldado por una fianza que garantizará la ejecución en tiempo y forma del objeto principal, que puede ser desde un bacheo de cien metros, hasta la construcción de un complejo paso a desnivel o una carretera, por mencionar un ejemplo.

Anticipo:

Al igual que en la fianza de cumplimiento, está contemplada la entrega obligatoria ante la Secretaría de Obras Públicas, o cualquier otra instancia de carácter gubernamental, tal como CCAPAMA, IVEA, INAGUA, e incluso en la iniciativa privada, que servirá para garantizar que el fiado invierta el anticipo que se le otorga en su totalidad en los trabajos encomendados y haga buen uso de los recursos. 

Buena calidad:

Garantiza los posibles defectos que pudieran surgir en la construcción, derivados de la responsabilidad directa del contratista.

Proveeduría:

Garantiza la entrega en tiempo y forma de los bienes adquiridos por una empresa o institución. Podría ser, por ejemplo, que el INEGI celebre con un particular un contrato para la adquisición de nuevo equipo de cómputo y pida a éste una fianza que respalde plenamente la entrega de los mismos.

Arrendamiento:

En caso de que una persona que rente una propiedad se fuera sin liquidar las rentas o simplemente se atrasara en los pagos, la afianzadora responderá por él.

Fidelidad:

Cubre el daño patrimonial ocasionado a una empresa por algún empleado desleal, por robo, abuso de confianza, peculado o fraude, este tipo de fianza es parecida a un seguro, ya que a diferencia de las demás, ésta es contratada por el propio beneficiario, y en determinado momento él mismo podrá hacerla efectiva.

Judiciales:

Son las que más identifica la gente, relacionándolas con la típica frase “salió libre bajo fianza”. Sirven para garantizar el cumplimiento de la multa o pena a que se haga acreedor el inculpado, pudiendo éste enfrentar el juicio en libertad. Si se negara a cumplir las obligaciones que la ley le marca, por ejemplo huyendo, la fianza se hará efectiva a favor de la autoridad, quien a su vez usará el monto reclamado para subsanar a los afectados.

Los ejemplos anteriores sirven para dar una idea acerca de las fianzas más comunes, pero se pueden mencionar muchas otras como: para garantizar el suministro de combustible ante PEMEX, rifas y sorteos ante SEGOB, cumplimiento notarial, de inconformidad fiscal ante SHCP, manejo de boletaje ante IATA, entre muchos más.

El uso de la fianza da seguridad en las negociaciones, ya sea entre particulares o con las diferentes instancias gubernamentales, dando certidumbre a la relación contractual y contribuyendo a un feliz término entre ambas partes.